La crisis por la pérdida de valores


José Luis Mota



Por “valores” se entienden aquellas virtudes éticas que están aceptadas socialmente. Es decir, que si una gran mayoría de ciudadanos piensan, y así lo viven: que hay que ser honrado y no extorsionar ni quedarse con lo que es de otros; que los asuntos hay que plantearlos pensando en el bien de los que menos tienen; que en las empresas y los negocios decir la verdad es la mejor manera de que haya confianza… se podría decir que en esa sociedad se tienen en cuenta los valores de la honradez, la solidaridad, la veracidad… A los que se podrían añadir, la honestidad, exigir lo que a uno en justicia le corresponde, la laboriosidad...

Hay cosas que sin ser valores, son “valiosas” para el individuo como: ser rico, gozar de consideración social, tener un buen coche, procurar que a los hijos no les falte de nada… Cuando se dice que una parte de la culpa del despliegue y extensión de la crisis también la tienen los ciudadanos, es porque se ha invertido la jerarquía de valores: que han pasado a estar por detrás de esas cosas que se consideraban “valiosas”, pero sólo llevaban a tener más; si a ello se une que la sociedad ha quedado rota por los atropellos y la codicia de los poseedores de los medios financieros, puede decirse que se ha perdido el rumbo ético que da paz a la conciencia de las personas y estabilidad al mundo del trabajo.