San Josemaría, visto por un agnóstico


Luis Martínez
Artículo publicado en El Mundo.es




Roland Joffé retrata en ‘Encontrarás dragones’ al fundador del Opus Dei en olor de santidad. «Agnóstico, trotskista en su juventud y tres veces divorciado». Bajo la mejor definición posible del peor de los yernos imaginables, se refiere el productor Ignacio Gómez Sancha al director Roland Joffé. Juntos han sacado adelante la que promete ser una de las películas que más darán que hablar en la temporada que empieza.

No diga Opus Dei, diga polémica. Encontrarás dragones. There be dragons, así se llama la cinta, es eso: una provocación... pero desde el otro lado. O si se prefiere, la primera vez que la gran pantalla se acerca a la vida del fundador de la Obra con ánimo, digamos, entusiasta. Ni rastro de Silas, ese monje pérfido y albino de El Código Da Vinci, ni la menor huella de la voraz crítica diseñada por Javier Fesser en Camino. Todo en San Josemaría es santo.

Y entonces surge la pregunta: ¿Qué hace entonces un relizador como el responsable de Los gritos del silencio (el descreído de antes) en una película producida por un miembro del Opus (el productor)? Responde el segundo: «La idea era, precisamente, acabar con la creencia de que la Obra no admite críticas. Desde el primer momento, dejamos al director las manos libres para que hiciera lo que creyera conveniente, la película que quisiera». Recientemente, el propio cineasta ofrecía su réplica: «De este proyecto me interesaba que se tomaba la religión en serio». En sintonía pues. Más allá de juicios, el resultado es una película de 35 millones de dólares por la que desfilan actores como Wes Bentley, la ex chica Bond Olga Kurylenko o Geraldine Chaplin y que, tras su estreno en España el 25 de marzo, llegará a los cines de Estados Unidos en mayo. Un dato: de dar a conocer Encontrarás... (del márketing, vamos) se encargan Paul Lauer, el mismo que se ocupó de La pasión de Cristo de Mel Gibson, y Dennis Rice, encargado durante años del imperio de los hermanos Weinstein. «El estreno será seguro en todo el país, en todos los Estados Unidos», dice Gómez Sancha para a continuación detallar los azares de una producción en la que participa Antena 3 y a la que él se incorporó en marzo de 2008. «Cuando llegué al proyecto, éste estaba sin dinero. Mi trabajo fue buscar inversores». Y a ello se aplicó hasta que a finales del verano de ese mismo año vio cómo de repente las 25 reuniones programadas al otro lado del Atlántico se quedaban en dos. Lehman Brothers acababa de hacer boom. Y cuando todo parecía perdido... «De diciembre a febrero del año siguiente, conseguimos el dinero». Milagroso.

Hasta llegar aquí, y antes incluso de que Sancha hiciera acto de presencia en el proyecto, la idea de llevar la vida de Escrivá a la pantalla dejó por el camino el empaño del productor Heriberto Schoeffer. Con un guión de la ex monja Barbara Nicolosi, su idea era «una historia de aventuras a lo Indiana Jones sobre un chaval espoleado por Jesús». El entrecomillado es de la antes novicia.

La propuesta de Joffé es bien distinta. Como ya hiciera en La misión, el filme trenza la vida real del santo con la ficción de un personaje que guía un relato de redención. Un periodista reconstruye la vida de su padre durante la Guerra Civil. A medida que remueve los cimientos de una vida desolada (fue espía sin escrúpulos y criminal sin alma), de entre las sombras emerge la otra vida, la del amigo de la infancia del progenitor moribundo, que no es otro que el santo. La película niega cualquier tipo de colaboración de éste con el régimen de Franco. «No creo que estuviera de acuerdo con el dictador. Simplemente no quiso inmiscuirse en política», comentaba el director recientemente.

«El mensaje es que hay esperanza contra el ciclo perverso de la violencia», concluye el productor. ¿Hubiese permitido a Joffé en su libertad una película contra Escrivá de Balaguer? Segundo de reflexión. «Joffé es un hombre serio e inteligente y por ello eso era imposible». Joffé, el agnóstico tres veces divorciado.