La familia, tema de salud pública
José Luis Mota Garay
Estaba en la sala de espera para pruebas de resonancia magnética. Su madre acaba de entrar. Como parecía abatido, le pregunto: ¿preocupado o cansado? “Los médicos están con un difícil diagnóstico tratando de saber que tiene mi madre”. Tiene 28 años, de origen colombiano y soldado profesional. Dice con orgullo- que la residencia ya la había conseguido antes de incorporarse al Ejército. Se decidió por vocación, le gustaba verse en operaciones de ayuda y de pacificación. Estaba un poco defraudado porque él pensaba que todo iba a ser mucho más dinámico y atareado. Se puede suponer que es un joven sensato que, como muchos otros, quiere a su madre y ha querido acompañarla a la prueba.
Por contraste con este ejemplo, muchos países occidentales se encuentran con que su juventud no está al nivel que se esperaría a la vista de los medios materiales, educativos y sociales de que han dispuesto; hay muchos casos de adición a las drogas, de abuso precoz del alcohol, de abandono de los estudios, de fracaso escolar... Tan es así que enseguida se hacen trabajos, con aparato estadístico, sobre la atención a la infancia y la adolescencia y la estructura familiar para tratar de encontrar las causas de esas llamémosle “desviaciones”. Para llegar a las conclusiones a las que se llega y ver las razones por las que los hijos no “crecen derechos”, bastaría analizar las cosas con sentido común. Es fácil concluir que la estabilidad familiar y la armonía en el trato de sus padres, hace que sus hijos sean más equilibrados y afectuosos con 10 demás; si los padres, han sido personas que han sabido exigirles, y les han corregido y encauzado desde pequeños, estos tienen mejores oportunidades de obtener un éxito suficiente en sus estudios; y si han sabido quererles sin empalago y, en vez de protegerles, les han educado en la libertad, habrán conseguido su confianza y les habrá resultado más asequible evitar que cayeran en las adiciones.
Hoy día, por el cientificismo reinante, parece que las observaciones sociales o educativas han de estar avaladas por la estadística. Quizá por eso en Gran Bretaña La Oficina Nacional de Estadística ha publicado un estudio “Focus on families”, en el que se cruzan datos del censo con resultados de encuestas para descubrir las relaciones entre el tipo de familia y los logros que obtienen los hijos. Entre las conclusiones de ese estudio se podría citar que los hombres y mujeres casados llevan vidas saludables y económicamente más estables que las de las parejas de hecho o de los hogares monoparentales. Y que las mujeres casadas, de 40 a 64 años, según el informe tienen ventajas de salud significativas sobre las no casadas y si son madres, más sanas si tienen hijos. Además el matrimonio tiene efectos protectores sobre los miembros de la familia porque proporciona apoyo emocional como grupo, crea hábitos de vida saludables el hogar sirve de refugio para amortiguar el estrés y la tensión del mundo circundante.